Según Los Expertos...
Características generales:
El curso de Diseño de Personajes 1-2 es adecuado para adquirir técnicas de dibujo de la figura humana, así como del fondo y los paisajes. El taller es apto para niños a partir de los 9 años, período en el cual ya se han adquirido algunas habilidades relacionadas con el dibujo. En particular, la fase de 9 a 12 años se define como la “fase realista” del dibujo. Las representaciones se internalizan, emergen perspectivas y proporciones en los dibujos, lo que los hace realistas y más precisos.
A partir de los 12 años, la fase del dibujo se define como “pseudo naturalista”. El niño no solo realiza un dibujo de manera espontánea, sino que también reflexiona críticamente sobre él.
En el plano cognitivo, los niños a partir de los 7 años, y a medida que crecen, desarrollan un pensamiento lógico. Comienzan a surgir conceptos más abstractos, como que cuando cambia la forma de un objeto, la cantidad dentro de él puede permanecer constante. El niño comienza a categorizar y a construir relaciones a través de operaciones mentales, no solo a través de objetos materiales como en las etapas anteriores. Con el tiempo, el pensamiento se transforma y no está vinculado solo al mundo concreto o a todo lo que el niño experimenta.
Específicamente:
Durante la composición del dibujo surgen algunos de los temas principales de los distintos episodios del taller, que permiten adquirir habilidades técnicas a todos aquellos que sienten pasión por las formas artísticas y desean profundizar en este camino.
Entre ellos se encuentran:
- Las formas.
- La tridimensionalidad.
- El movimiento.
- El cuidado de los detalles.
- El grosor.
- Las sombras y el claroscuro.
En el plano psicoeducativo, es necesario que el niño ya esté familiarizado con estos conceptos abstractos, para seguir el taller con facilidad, incluso sin el apoyo de una figura adulta. Una vez comprendidas las reglas básicas, el dibujo se convierte en una herramienta útil para dar rienda suelta a la fantasía, la imaginación y la creatividad mediante el uso de los colores y temas elegidos.
La construcción de un rostro humano, con diversas expresiones faciales, también se convierte en una herramienta útil para reconocer las emociones propias y ajenas. Además, el dibujo de la figura humana se basa en constructos (imágenes mentales) como el esquema corporal, que cambia con el tiempo y se vuelve más complejo con la edad. Esto hace que el taller se adapte mejor a los grupos de edad indicados anteriormente. Los niños más pequeños aún presentan un dibujo concreto y bidimensional. Para ellos, los conceptos abstractos como la tridimensionalidad, la perspectiva y las proporciones, son más difíciles de entender en comparación con la representación de rostros, paisajes y fondos. Sin embargo, los niños más pequeños pueden participar en el taller siguiendo objetivos diferentes, como colorear dentro de los bordes, utilizar la técnica de puntos o centrarse en las líneas curvas y rectas.
El taller favorece el fortalecimiento de la atención y la concentración de una manera simple y divertida. La disposición de los objetos en el espacio, así como su relación, es útil para la orientación espacial. De la misma manera, la secuencialidad de la acción fomenta el desarrollo y consolidación de la orientación temporal.
Habilidades:
- Atención y concentración.
- Esquema corporal.
- Emociones y sensaciones.
- Fantasía y creatividad.
- Orientación espacial.
- Orientación temporal.